Dentro del atardecer
que la luz empuja
en cada enchufe,
a dar la alarma.
Hundiéndome de hilos
sabias, la sabía espera
que en tributo
desesperas.
Cuando a tientas intentas
tocarme a sabiendas:
que no esta ¡fugitivo AMOR!
Como un coste añadido
huido al imposible
bolsillo del contribuyente.
Ahora sandia diaria malherida,
pero querida
hecha moneda al tacto
intacto siempre para mi…
José Ramón, siempre me gusta empezar por el principo, y así lo hago me llevara algo de tiempo, pero valdra la pena.
ResponderEliminarSaludos afectuosos
Ale