…Del erial
del patio
surgían,
como miel
de un anfiteatro.
En el mercadillo
libros y libros
por puntos,
se elegían
uno, dos y tres.
Y del que
menos al que más
se fueron,
alegres del expositor.
Como barquitos
del panel,
llevando una sonrisa
por bandera nupcial:
¡Hoy me habréis de leer!...
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