…Me leerás
entre lineas,
abiertas
como palmas
de una mano.
Llevarás de mí
cada letra,
tal vez ovillo.
Lejos las pondras:
¡son de ti!
Lo que nunca
cerca de la luna,
¿sabes? ni te
puedes imaginar.
Fue que ellas,
cuando
brotaron,
de la fuente
que mana.
Mañanas dormidas,
en el poeta despierto.
Él las escribió
de su corazón:
¡al tuyo!...
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