A mí lo que me mata
es la rosa.
Esa rosa que huele a sendero.
Y tras el alba
llora.
Contorneo en la vida
sobre la misma órbita.
Sobre la misma esencia contorneo,
sin comprender su aroma.
Sin querer ver existe en el camino,
el principal motivo de mi forma,
y que con sólo suplicar la espada
me tropiezo con EL sobre la rosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario