…El corte,
de la cohorte
del retumbar de tambores,
silbidos y estruendos
fue preciso
y el destino
así lo quiso.
Que tu y yo,
allí nos viésemos:
¡barajas del corazón!
al desangelarse la tarde,
con hambre de días
por besarse.
Y fue que las fotos
tuya y mía
las de los dos
ya juntas
recién llegadas
al altar:
¡se juntaron!.
Doblando la esquina
del balcón
con el perdón,
y el tacto
de la iguana aún vigilante.
Y sin que nadie
lo supiera predecir
entre las sirenas de alientos,
y el puente
de nuestra pasión.
Como novios, allí:
¡nos amamos!...…
UFF esta noche desperté
soñé que abría la puerta,
y tras ella:
¡pasaban todos
los del carnaval!...
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