…Asaltado,
como un libro
en la estantería.
Venias, a por mí
y yo ni lo sabia.
Tenias las uñas
rotas por la piedra
y el corazón tierno
de mis caricias.
¡Si! Aquellas robadas,
al limonar del tiempo.
Cuando sin saberlo
tú, ya no eras
y yo ¡te lo era todo!
Por lo que ahora,
ermita de pasión
¿ya ves?, ciega,
como en nuestra
cárcel de amor.
Aunque sigamos
siendo los mismos,
¡ya! no somos los dos…
Hola Jose!!!
ResponderEliminarMaravilloso como siempre. Tienes un humulde regalito solo para ti en mi blog. Pasate a recogerlo. Espero que te guste.
un biquiño moi grande
Me ha gustado mucho. Aunque seamos los mismos, ya no somos los dos. Precioso. Un abrazo. milagros
ResponderEliminarNunca se sigue siendo los mismos, también termina al igual que termina el seguir siendo los dos.
ResponderEliminarAunque creo que la memoria de los dos se queda para siempre impresa y se deja de ser los mismos.
Disculpa que estoy contradiciendo la esencia de tu poema.
Tu poema es perfecto porque sale de tu alma tal cual lo sientes
Saludos y Gracias por seguir uno de mis blogs
Celia
Ya no son dos! pero queda dentro de una! y del otro! si fue fuerte, no se va nunca!
ResponderEliminarMuy sentido!
Abrazo
precioso, aunque creo que nunca se sigue siendo el mismo cuando se deja de ser dos, siempre hay algo que cambia, me encanto tu blog, y con tu permiso me quedo en el,,,, un saludo
ResponderEliminarHola cielo me gusta tu texto esta muy bien y la cancion de Julita Venegas me gusta mucho
ResponderEliminarun besazo de Luna